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Reflexiones sobre la recuperacion del Opal

Se cumplen ahora diez años de continuo trabajo sobre el manuscrito de una opereta en inglés compuesta por Albéniz que llamó mi atención: The Magic Opal una obra que, además de conservarse completa, demostraba la genial adaptación al medio del compositor (el Londres del finales del XIX) y su mimetismo con el estilo de la época (Gilbert y Sullivan, por ejemplo) sin perder su propia idiosincrasia en una fabulosa historia con piratas, ruinas, piedras mágicas y leyendas ambientada en las costas de Grecia y personajes con nombres como Lolika, Carambollas o Trabucos.

El profesor Jacinto Torres me advirtió de que la obra había mutado enormemente a lo largo del tiempo pues se trata de la pieza más representada de Albéniz si contamos el tiempo que estuvo en escena en el Lyric Theatre, meses más tarde en el Prince of Wale’s Theatre y posteriormente en una gira por muchas ciudades de Inglaterra. La obra cambió de título y pasó a conocerse como The Magic Ring, y aún pudo escucharse en España en una traducción de Eusebio Sierra como La Sortija. La obra parecía un gran puzle donde se combinan los diferentes legados del fondo Albéniz conservados en Barcelona, así como en la colección particular que tuvo la gentileza de mostrarme Rosina Moya, la entrañable nieta del compositor.

Este tipo de cambios son inherentes al teatro de consumo, y concernían a las necesidades de los intérpretes, el compositor o el libretista, el empresario, etc. y, en este sentido, son obras que se comportan, como la zarzuela, como elementos vivos que se adaptaban al momento y lugar en que se interpretaban. En consecuencia más que una necesidad imperiosa de cerrar filológicamente una versión de Opal, Ring o Sortija me pareció más adecuado ofrecer la mayor cantidad de música posible que se encontrara íntegra y orquestada dejando a criterio del director musical la incorporación de uno u otro número.

Así se presenta hoy en el Auditorio Nacional, gracias a la colaboración de la Orquesta Sinfónica Chamartín y el empeño entusiasta de su directora Silvia Sanz. Complementa mi labor como investigador mi experiencia como maestro repetidor, que me ha mostrado la importancia de un trabajo musical concienzudo previo. Para los intérpretes quise contar con solistas de reconocida solvencia, pero con los que además pudiera trabajar mano a mano los roles para conseguir una identificación de los papeles, y así Javier Franco, César San Martín, Estefanía Perdomo y José Ferrero, algunos de los cuales ya trabajaron este repertorio conmigo en el homenaje a Albéniz en el Teatre del Liceu, insuflarán vida a estos personajes para disfrute del público.

BORJA MARIÑO

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